Las musas fueron aquellas nueve mujeres míticas, hijas de Zeus, como quedó manifiesto en la Teogonía de los griegos; los reyes y los poetas recibían el poder de hablar con autoridad, por heredad de Mnemosine, diosa de la memoria y su especial relación con las Musas.
Fueron deidades de la mitología griega, que inspiraban las ciencias o las artes: estas jóvenes musas a las que se les reconoce, como sumamente bellas, nacidas cuando Zeus se unió a Mnemosine nueve noches consecutivas, habitaban en el Parnaso junto al dios Apolo, quien las acompañaba con una citara cuando hacían sus cantos.
- ¿Por qué Sor Juana Inés de la Cruz es la décima musa?
La niña de Asbaje a pesar de la ausencia de un padre y el peso de la ilegitimidad de su origen, destacó por su belleza, aun cuando su interés radicaba en el "saber" y en la defensa de la razón.
Desde luego con el paso del tiempo y tras el claustro religioso, Juana Inés de la Cruz dotada de una inteligencia descomunal y hermosura innegable (dos atributos incompatibles para una mujer de su siglo), junto con poetas mexicanos, como Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, Carlos de Sigüenza y Góngora, entre otros, vinieron a llenar un vasto espacio de intelectualidad y pusieron a la Nueva España en un sitio preponderante en esa época.
Y a pesar del nivel de exigencia que requería el siglo de oro para presentarse con dignidad a exponer su calidad, Sor Juana hizo frente a poetas como Lope de Vega, Luis de Góngora y Argote, Calderón de la Barca, Cervantes, y a todo ese grupo que vivió y disfrutó el Siglo de Oro.
Sor Juana ganó el título de la décima musa no sólo por lo pródigo de su producción literaria, ya que la obra de esta mujer es inmensa, desde la filosofía y teología, así como el teatro y la poesía, sino también por el erotismo desbordante, muy elevado, como ambiguo e inasible, enclaustrado en una única figura que por fuera mostraba a una mujer religiosa, taimada y ecuánime, tan inspiradora y divina como las hijas de Zeus.
La Carta atenagórica de Sor Juana, cargada de reflexiones teológicas y filosóficas fue escrita en su momento, posiblemente en Puebla de los Ángeles, en respuesta a Sor Filotea de la Cruz, la cual replicaba a todas las recriminaciones que le hizo el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, bajo el seudónimo de Sor Filotea de la Cruz. Este documento contundente alcanzó, el nombre de la gnosis de la sabiduría de Atenas.
Finalmente, esta verdadera musa de la belleza y las letras, durante su vida, escribió de todos los géneros habidos entonces: Romances, liras, Décimas, Endechas, en el Teatro con su obra "Los empeños de una casa", pasó por alto la norma de separación de castas, tan rígida en esa época, que pone a cantar españoles con indígenas y negros.
REFERENCIAS