Manuel Acuña Narro es uno de los máximos representantes de la literatura mexicana del periodo del romanticismo; sus anhelos literarios y su naturaleza enfermiza se conformaron paulatinamente en poemas, los cuales advierten los destellos de su pasión y su genio poético, características que la turbulencia de sus amores y desamores irían acentuando, para conducirlo, de la locura de amor rechazado al suicidio.
El romanticismo del autor, incluyó, como en otros autores de la época, la actividad política y periodística y una visión filosófica liberal y positivista en que se reconoce el peso de Ignacio Manuel Altamirano, verdadero mentor de la generación romántica.
De acuerdo con el perfil del romántico los principios de libertad, justicia, democracia, nacionalismo, individualismo (el "yo" romántico aislado del mundo que no lo comprende), búsqueda de la perfección absoluta y fatalismo derivado de la nostalgia, tristeza y amor no correspondido, pues "nadie vive, sufre, se enamora, se apasiona como el romántico" Manuel Acuña sin duda se convierte en referente del movimiento del romanticismo en México y en leyenda a partir de los motivos de su muerte.
El poeta de Saltillo, Coahuila, decidió dejar un poema como prueba de la razón que lo llevó al suicidio: Nocturno a Rosario, dedicado a su amor imposible: Rosario de la Peña y Llerena. Al acabar los últimos detalles de su última composición literaria, ingirió una dosis de cianuro de potasio. Fue hallado muerto el seis de diciembre de 1873 junto al poema. Sólo tenía 24 años y había publicado dos obras de teatro y poemas famosos como: Ante un cadáver.
Juan de Dios Peza, escribe el prólogo de las obras de Acuña, quien fuera su gran amigo. "Todo se va, todo se muere. A medida que se avanza en el camino del mundo, se van dejando pedazos del corazón sobre la fosa de cada uno de de los seres queridos que nos abandonan para siempre. Hoy es un triste aniversario para las letras nacionales: hace veinticuatro años—¡parece que fue ayer!—que el poeta más inspirado de la generación de entonces, puso fin a sus días cegado por no sabemos qué internas y pavorosas sombras. Vivíamos él y yo tan ligados, fuimos tan íntimos amigos, que puedo asegurar, sin jactancia, que pocos le estudiaron como yo tan de cerca, por lo cual juzgo un deber narrarlo sobre su vida y sobre su muerte, en esta tristísima fecha, no sólo porque a través de los años se ha adulado su historia, sino también porque muchos se interesan cuando leen sus versos en saber con toda la verdad posible cómo era, cómo vivió y cómo murió el infortunado poeta.[...]"
Aquí un fragmento de "Nocturno a Rosario" del que fuera el ultimo poema de Acuña.
I
¡Pues bien! yo necesito
decirte que te adoro
decirte que te quiero
con todo el corazón;
que es mucho lo que sufro,
que es mucho lo que lloro,
que ya no puedo tanto
al grito que te imploro,
te imploro y te hablo en nombre
de mi última ilusión.
...
X
Esa era mi esperanza…
mas ya que a sus fulgores
se opone el hondo abismo
que existe entre los dos,
¡Adiós por la vez última,
amor de mis amores;
la luz de mis tinieblas,
la esencia de mis flores;
mi lira de poeta,
mi juventud, adiós!
REFERENCIAS
De la Cabada, Nuri (2013) Manuel Acuña Narro recuperado de http://www.los-poetas.com/acuna/acbio.htm
Escritores.org (2013) https://www.escritores.org/biografias/413-manuel-acuna
Juárez, Tania (2015) “Nocturno a Rosario”: el poema del suicidio de Acuña, Cultura Colectiva recuperado de http://culturacolectiva.com/nocturno-rosario-el-ultimo-poema-de-manuel-acuna/
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